sábado, 10 de febrero de 2018

El libro que me encontré en la alacena.

Resulta que, por cuestiones de trabajo, debo viajar a otra ciudad y quedarme en la casa de unos compañeros. Así que, un día en la mañana bajé a desayunar, fui a buscar una caja de leche a la alacena, y ahi estaba... Junto a los cubitos de pollo, el maíz para palomitas  y el polvo sabor chocolate: un libro. Peculiar lugar para guardar un libro. 



 De entrada me llamó la atención la frase de la portada. Ya la había visto antes, y aún sigo averiguando si en realidad pertenece a la autora  del libro o ella solo la tomó para nombrar su obra.

Bien, pues pregunté de quien era y lo pedí prestado. Y lo empecé a leer de inmediato, creo más emocionada por la forma en que lo había encontrado, o incluso pensando póeticamente que los libros nos pueden encontrar cuando los necesitamos. Sinceramente si lo hubiera visto en una librería no lo habría comprado, de hecho en las librerías ni me acerco a la sección de autoayuda. (¿Tal vez debería?)

Pero, si bien tiene cosas buenas, también unas que no tanto. Así que a continuación mi opinión.

Lo bueno:

  • Como ya lo dije antes pues es un libro de auto ayuda, y en las primeras páginas incluso te aclaran que este libro es apto para:


 Y pues es bueno aclarar que uno puede tener el corazón roto no solo por terminar una relación romántica. Porque a veces uno pierde amistades que pensó que iban a ser para siempre y con el paso del tiempo resulta que no es así, y duele. O qué tal la de "se rompió el corazón", porque cuantas veces, siendo honestos, si nos  hacemos daño solos pensando fatalidades o cosas negativas que igual ni al caso pero ya nos mortificamos de gratis. Y obvio, la muerte de un ser querido.
  • Como se puede observar en las fotos el libro está tal cual impreso con la letra de la autora, lo cual me pareció hasta cierto punto original.
  • Tiene una que otra frase llegadora. Como la de "Todo Cambia", que es bastante obvio pero ya cuando lo ves en un libro dices "ah si es cierto". (Como cuando leí Pequeño Cerdo Capitalista que pensé ah si es cierto todo lo que dice pero sigo sin ser millonaria porque sigo de compradora compulsiva, ja!)


Completamente de acuerdo.
Estem, pues, si la he utilizado, jaja.





Lo no tan bueno:

  • En ocasiones la autora intenta ser graciosa, y mmm, pues no lo es.
  • Hay páginas enteras con un solo dibujito (no muy bonito según yo) que me hizo pensar en esas veces que en la escuela te dejaban de tarea un reporte, composición, etc, de 5 páginas de extensión. Y ahí iba uno y escribía parrafos de dos renglones con doble espacio entre uno y otro para abarcar el total de páginas más pronto.
  • Tiene un capítulo llamado DEPRESIÓN, en el que se me figura trata muy a la ligera el tema. Una cosa es estar triste, y por otro lado la depresión es algo serio para lo que según entiendo se debe buscar ayuda profesional.
Y luego al final tiene unas recetas (de cocina) que nada que ver. En serio creo que estaba tratando de llenar más páginas nada más.

Bueno, en conclusión, pues me alegro de no haberlo comprado y haberlo encontrado por casualidad. Si me dio curiosidad, pero creo no termina de convencer. O, tal vez como diría mi buena amiga Eugenia, ya no entramos en el target al que está dirigido. (En su opinión para adolescentes de secundaria y prepa.)

Para mi próxima entrada quiero escribir sobre uno de mis libros favoritos: Donde termina el arcoiris, de Cecelia Ahern. Mientras vuelve a ser mi turno lo volveré a leer (será la tercera vez 😉)

Blanca F.





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